Se dice que John Cage hizo a la música lo que
Karl Marx hizo a la economía y la sociología.
¿Tanto?
¡Sí!
En otras palabras, podríamos decir que cambió
el escenario de la composición clásica y propuso que el acto principal de las
actuaciones musicales fueran: crear/componer la música pero escuchándola a su
vez. No sólo el mero hecho de “crearla” sino también, el escucharla mientras
sucede.
Aquí es donde él hace la diferencia:
A Cage no le interesaba transmitir un mensaje al espectador, sino lo
que deseaba era: convertir su obra en un enorme espejo por donde cada quien
pudiera observar y percibir cosas distintas. Cada uno subjetivamente, cada uno desde su propia realidad.
Entonces,
podríamos pensar que esta postura implica que la comunicación entre el compositor
y el auditor/oyente no existe.
Sin embargo, aquello que convertirá a John
Cage en uno de los grandes innovadores musicales del siglo XX es la búsqueda de la “obra abierta”. Él sostiene que
la obra de arte se tiene que “abrir” a la vida. Esto trae como consecuencia la
creación de obras en las que el artista da un paso al costado y permite que los
acontecimientos que existan en tales obras se lleven a cabo simultáneamente sin
que interfieran unos con otros.
¿Y cómo lo logra?
Pues compone su música usando técnicas de azar
que definen notas y silencios durante la creación de una pieza. De esta manera,
ninguna opinión y/o sentimiento personal del artista altera la obra, dado que
toda decisión es efectuada aleatoriamente.
¿Qué se necesita?
John afirma que para
componer de esta forma es necesario que el artista se deshaga de su ego (se
desligue de él totalmente), lo que ocasionaría que las obras se vuelvan menos expresivas
con el fin de que las emociones surjan no de las obras mismas, sino de la gente
que las escucha.
Es decir, cada sonido de cada obra vendría a
tener un significado distinto para cada persona que lo escuche.
"La música nunca ha existido como una
entidad separada excepto en la imaginación de los músicos profesionales.
Siempre se ha abierto a la naturaleza, incluso cuando ha sido estructurada en
la dirección opuesta. El problema consistía en que la gente ponía toda su
atención en su construcción. Hoy día podemos diversificar nuestra atención, y
la construcción ya no esconde la ecología".
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